La Cámara de Industrias y Producción (CIP) realizó un webinar sobre las experiencias del sector productivo frente al COVID-19. El evento virtual contó con la participación del presidente ejecutivo de la CIP, Pablo Zambrano Albuja, y de Patricio Camino, subdirector del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), además de voceros de varias empresas, quienes compartieron las acciones que emprendieron para sostener las operaciones durante la pandemia.

En su intervención, el titular de la CIP destacó que, en los momentos más difíciles, junto a las empresas afiliadas no dudaron en coordinar esfuerzos con el sector público y privado para garantizar la cadena de abastecimiento en el país.

“Elaboramos y participamos en la comunicación de lineamientos de bioseguridad para el retorno progresivo a las actividades en diferentes sectores como la industria, el comercio, la logística, el transporte, con el propósito de proteger ante todo la salud de los colaboradores de las empresas, los proveedores y clientes”, describió Zambrano Albuja.

No obstante, pese a los esfuerzos y a que algunos sectores nunca pararon sus actividades, el golpe económico de la pandemia provocó que en el 2020 las pérdidas asciendan a más de USD 26 000 millones.

Por su parte, el subdirector del IESS, Patricio Camino, informó que desde la entidad se dio asesoría y acompañamiento para que las empresas puedan estructurar e implementar planes de contingencia y protocolos de bioseguridad.

“Con la pandemia nos tocó reinventarnos y vivir en esta nueva modalidad. Nos tocó acompañar de la mano a muchas empresas”, dijo Camino.

El factor común en las empresas ha sido preservar la salud de sus colaboradores. Para ello, los negocios han creado protocolos y herramientas que se adaptan a sus necesidades.

Cervecería Nacional, que también colaboró con autoridades nacionales y locales, diseñó una aplicación móvil que permite monitorear el estado de salud de todo el personal de la compañía. Martha González, vicepresidenta de Asuntos Corporativos, mencionó que todos los días el personal debe contestar un cuestionario y se hacen testeos constantes, lo que ha cambiado la forma de trabajar.

En Lundin Gold, concesionaria del proyecto minero Fruta del Norte, y en Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) coincidieron con protocolos de aislamiento preventivo cuando un trabajador o contratista va a ingresar al campo.

En los dos casos, los colaboradores que se sumarán a las actividades permanecen 7 días sin contacto con el resto de personal ni de sus familiares. Durante ese tiempo reciben evaluación médica y se les realizan pruebas PCR.

Javier Goyes, gerente de Salud y Seguridad en Lundin Gold, indicó que para los casos de trabajadores que resulten positivos con COVID-19 se establecieron en el campamento de la mina centros de aislamiento total.

Fernando Araujo, médico de OCP, señaló que, además del aislamiento preventivo, se contrató la asesoría de un epidemiólogo para los protocolos. También se elaboraron medidas de protección para las comunidades afectadas por la rotura de los oleoductos.

En Pronaca se extendieron los beneficios del seguro médico privado para todo el personal. Y en el caso de que un trabajador salga positivo también se cubre a su familia. La empresa también implementó el servicio de telemedicina en las diferentes granjas, entre otras acciones, indicó Paúl Aguirre, gerente de Seguridad y Salud Ocupacional.

Alywin Hacay Chang, responsable de Seguridad y Salud Ocupacional en Grupo Berlín, explicó que se emprendió una auditoría de bioseguridad y encuestas semanales. En caso de que un empleado resulte contagiado con COVID-19 se lo aísla a él y a su en torno laboral.

Por otra parte, se aprovecharon los beneficios de las plataformas virtuales de videoconferencia para mantener el trabajo remoto y reforzar las capacitaciones, sin perjudicar a las operaciones.

La CIP continuará con la organización de conferencias virtuales. 

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