Quito, 12 de enero de 2016.- En el marco del Seminario Internacional “Los Retos de la Educación Superior en el Nuevo Milenio”, organizado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), se plantearon reformas educativas para que los procesos de capacitación profesional se ajusten a las necesidades productivas del país. En esa línea, el Vicepresidente Ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción, Dr. Pablo Zambrano, indicó la importancia de incurrir en la formación dual; una metodología de transmisión de conocimientos y habilidades que se realiza a través de la combinación de las bases teóricas y el trabajo práctico, con el fin de aportar una educación holística.
Con la aplicación de métodos de aprendizaje, orientados a la acción, se mejora la capacidad productiva. Una de las preocupaciones del sector industrial consiste en la falta de personas con formación técnica. Es por ello que las exigencias en torno a la capacitación profesional deben traspasar el modelo clásico de educación e incurrir en nuevas propuestas educacionales que complementen el ámbito laboral.
Por ello, manifestó el Dr. Zambrano, una de las medidas para mejorar el desempeño laboral de muchos jóvenes consistiría en “diseñar la reforma del sistema de la formación con mayor orientación hacia la práctica”. La adquisición de experiencia laboral, a través de empresas formadoras, garantiza un mejor desempeño profesional. Las instituciones, al contar con personal más calificado para sus tareas, disminuyen la fluctuación del personal y la reducción de los costos de inducción.
Las ventajas de este modelo de educación apuntan al mejoramiento de la productividad y competitividad; además “crea un vínculo directo entre la capacidad de la formación y la demanda laboral”, expresó el representante del sector empresarial. Es así que la formación dual se orienta como una alternativa que impulsa el emprendimiento y la innovación.
Finalmente, el Vicepresidente Ejecutivo de la institución propuso un marco de trabajo, basado en alianzas público-privadas, para mejorar la competitividad de las empresas ecuatorianas. Para lo cual, se busca construir una malla curricular flexible y ajustada a la realidad productiva: “mediante esta cooperación sectorial se busca disminuir la pobreza y las brechas de inequidad, se mejorará el aprovechamiento de recursos y la capacidad ejecutiva”.